En el valle de Incles (Parroquia de Canillo), los autobuses eléctricos no han dado abasto para llevar a las masas de turistas que durante el pasado mes de agosto han visitado lo que en su día fue un «pequeño rincón de paraíso«. Así era hace unos años, nos dice Miquel, una de las personas a quienes entrevistamos, mientras nos muestra unas fotografías tomadas una década atrás, cuando apenas habían «xalets de fin de semana».
«Se han aprobado varias construcciones más… Acabarán por construir una estación de esquí a este ritmo» – Josep, 34 años.
«El turismo es bueno para nuestra economía… Bueno, aquí precisamente nos cuesta dinero que venga el turismo, entre autobuses eléctricos, agentes de circulación, oficina de turismo, alquiler de infraestructuras y limpieza del valle… No salen los números» – Mario, 56 años.
«Si quieren entrar en coche al valle funciona con contraseña» – Pep, 42 años.
«Parking gratis, entrada gratis, bocadillo del super por 1,5€… Volveremos el año que viene» – Manuel, 37 años.